Recibe nuestra más cordial bienvenida al sitio que celebra el amor incondicional y la magia de los milagros, a través de hechos cotidianos.
Nuestro Propósito
Crear pequeños “milagros de amor” que devuelvan la esperanza y enciendan la bondad en el corazón de la gente.
Quisimos continuar la obra de To, buscando personas de GRAN CORAZÓN que estén pasando por una situación difícil y sorprenderlas de formas mágicas, creando pequeños milagros que aligeren un poco su carga y les provoquen el deseo de hacer algo bello por alguien más.
¿Quién fue To?
Nació en 1934 en Ciudad de México y, a través de su vida, le dio un nuevo significado a la alegría, a la amistad y al amor a sus semejantes.
To fue un hombre muy trabajador y aunque nunca fue rico, ayudó de formas hermosas a cientos de personas a lo largo de su vida.
Fueron sus nietos los que le llamaron “To” por primera vez.
Debido a la poca destreza lingüística que tenían a la edad de 1 y 2 años, encontraron muy complicado pronunciar las 4 sílabas completas de la palabra “abuelito”, así que optaron, unánimemente, por utilizar sólo la última: To.
Así en el 2002, To recibió su nuevo nombre.
Y producto de su naturaleza, de sus actos y su amor, no pasó mucho tiempo para que, docenas de personas -de cualquier origen, oficio y condición-, comenzaran a decir la frase que le dio nombre a esta Asociación.
Cotidianamente escuchábamos: “No sabes cómo admiro/quiero/me encanta tu papá.., yo amo a To”.
¿Por qué no revelamos su identidad completa?
Porque a pesar de que To se fue de este mundo en el 2016, quisimos continuar su obra exactamente como él la hizo: anónimamente.
Ninguna o muy pocas de las personas a las que él ayudó, supieron nunca de quién, de dónde o por qué habían recibido el detalle o la asistencia que recibieron. Y eso siempre le imprimió a su obra un matiz divino que -quizás- la hizo acercarse a la categoría de “milagro”.
El logotipo de la Asociación, es el rostro de To asomándose a través de una ventanita en el cielo y disfrutando con complicidad las obras que preservarán su legado.
Las letras del nombre están extraídas de su propia caligrafía.
Su última obra en vida
LA HISTORIA
Habíamos llevado a To a la playa. Estaba ya muy enfermo y creímos que el mar, el oxígeno y el sol, lo harían sentirse un poco mejor.
Él ya no podía caminar bien y cuando lo hacía, tenía que ayudarse con un bastón.
Sentado en la fila de espera de un restaurante (en el interior de un centro comercial) To observó a un viejecito que, casi sin poder caminar, iba avanzando despacio y con mucho esfuerzo por los pasillos de la plaza.
Sin titubear, y a pesar de que a él ya le costaba mucho trabajo dar un paso sin apoyo, To se levantó y fue al encuentro del aquel hombre que había logrado asirse de un barandal y caminaba con mucha dificultad.
Se acercó a él, llamó suavemente su atención y sin más, le obsequió su bastón.
Le dijo algo que nunca sabremos qué fue, y con unas cariñosas palmadas en la espalda, lo despidió y así como había llegado, se retiró del lugar.
Al pasar frente a mi cámara, To me regaló una mirada que atravesó mi corazón. Yo sabía lo que significaba. Era la mirada de la plenitud y el amor en su máxima pureza.
Era la mirada de alguien que, a 15 días de morir, tuvo la posibilidad de entregarse una vez más al honor de ayudar amorosamente a quien lo necesitaba.
Así era nuestro padre, así era To.